¡ALO A TODOS!
Como ustedes saben, este Blog fue abierto con fines educativos; sin embargo, ésta entrada en particular tratará de mis vivencias como estudiante de medicina, SÍ... mi primer día dentro de la Facultad de Ciencias de la Salud.
Corría el año 2004, acababa de finalizar mis estudios nivel medio superior en una escuela privada que no viene al caso mencionar (UVM patrociname ¿Si? -jajaja-), había cursado la famosa "área 2" para obtener una "embarrada" de conocimientos sobre el cuerpo humano y no entrar en blanco a la universidad. A ciegas, busqué universidades privadas en el Distrito Federal y Estado de México, nunca tuve como objetivo entrar a alguna pública (eran excelentes opciones pero me veía más en una privada). Hice mi lista, las visité y me inscribí en la Universidad Anahuac campus norte.
Sin dar muchos rodeos, hice el examen de admisión, lo pasé y entré al curso propedéutico que duraba
Rectoría - U. Anahuac campus norte |
1 semestre. Ahí no aprendí tanto como esperaba pero me hice una idea de lo que era estudiar en la carrera, no hice muchos amigos pero conocí a una persona que con el tiempo se convirtió en uno de mis mejores amigos (lástima que no continuó con sus estudios de medicina y se cambió para psicología) pero sobre todo, comprendí como funcionaba el ambiente social en ese lugar.
Finalizó el curso.
Tengo que admitir que una noche antes de entrar de lleno a la carrera me sentía muy nerviosa (¡y vaya que soy nerviosa!) me dolía el estómago, me dolía la cabeza y tenía náuseas. De hecho, cuando desperté eran las 4.30 a.m. y me dí cuenta de que solo había logrado dormir unas 4 horas. Probablemente mi subconsciente ya se preparaba para despertar a esa hora durante el resto de mi vida...
5 de enero de 2005.
Tomé un baño, me puse por primera vez mi ropa blanca, tomé mi mochila de lona en forma de guitarra (si, acababa de cumplir 18 años... no me juzgues) y coloqué emocionada mi bata blanca bien planchada en el asiento de atrás del auto. Crucé como siempre media ciudad, disfrutando por primera vez el panorama de la ruta en la madrugada. Llegué a la glorieta de la escuela, bajé del auto, mostré mi credencial de medicina por primera vez y honestamente me emocioné al pensar que formaba parte de algo, algo que me gustaba (o al menos eso creía).
Fuente (afuera del edificio CAIDE) - U. Anahuac |
Caminé a través de la acera de posgrado, pasé la fuente y la capilla para llegar a los edificios de medicina (en ese tiempo no existían las carreras de cirujano dentista, nutrición o biotecnología así que estábamos puros "medicoblastos" en las instalaciones). Era una mañana fría, tan fría que usaba doble blusa, chamarra y bufanda, pero incluso eso me gustaba... busqué mi salón: 1° "A".
Edificio 1, planta baja, justo a la izquierda de la entrada principal, al lado de la pequeña cafetería de la Facultad (aunque en ese entonces aún era Escuela de Medicina, ya que ascendió a Facultad hace apenas unos años), entré al salón que tenía al menos 25 mesas dobles color beige con negro, tomé el de la 2da. fila, 3ra. columna y dejé mis cosas para poder apartar el lugar mientras esperaba fuera del salón a que llegaran todos.
Aún no fumaba por ese entonces, así que solo veía entrar a mis nuevos compañeros, los cuales muchos se conocían ya entre ellos por el curso propedéutico, otros se despedían en el pasillo para poderse dirigir a otros salones. Y de pronto... ¡Llegó el médico titular del curso de Biología Celular!
Aún no fumaba por ese entonces, así que solo veía entrar a mis nuevos compañeros, los cuales muchos se conocían ya entre ellos por el curso propedéutico, otros se despedían en el pasillo para poderse dirigir a otros salones. Y de pronto... ¡Llegó el médico titular del curso de Biología Celular!
Facultad de Ciencias de la Salud - U. Anahuac |
Todos sentados, en completo silencio, esperando escuchar lo que el profesor tenía en mente... Mano derecha dentro del bolsillo del pantalón de vestir gris, bata limpia y sin arrugas, mano izquierda con una cajetilla Marlboro rojo ya comenzada (al que posteriormente conoceríamos cariñosamente como "Marlborocito, instrumento didáctico"), aparentaba tener al menos más de 60 años y se presentó como el Dr. José Abad. Su clase fue excelente y no solo realizó la didáctica actividad de presentarnos por "nombre, escuela de procedencia, razón por la que elegimos la carrera y edad" (léase en tomo sarcástico); si no que también comenzó de lleno con la primera clase a diferencia de muchos otros profesores.
La clase por primera vez en mi vida duró 3 horas, con un pequeño descanso de 15 minutos a la hora y media para poderse fumar su sagrado cigarro Marlboro rojo. Con el tiempo le fui agarrando cariño a esas 3 horas de clase (excepto algunas clases de Historia y Filosofía, discúlpeme Dr. si llega a leer esto... pero una vez casi me quedo dormida en su clase).
La segunda clase fue Anatomía Topográfica con la Dra. Quiñones, de ella no tengo mucho que decir, excelente maestra y médico, con un método de enseñanza militar ya que de ahí provenía. De sus clases recuerdo mucha información, lo decía todo de memoria y señalaba las inserciones proximales y distales de los músculos en dibujos que ella misma hacía en la pizarra y exámenes que me dejaron traumada de por vida, sobre todo los de anfiteatro... (¡Uff!).
Después poco a poco las clases fueron menos tensas, tomamos: informática básica, embriología básica, introducción a la práctica médica, psicología I, bioquímica y fundamentos de la salud pública... todas fueron rápidas, únicamente hubo presentación del curso, de los maestros y estudiantes así que terminamos temprano. Para eso de las 3 p.m. ya éramos "almas libres" y podíamos retirarnos a casa.
En el carro ya camino a casa; platicando con mi madre, llegué a la conclusión de que me había preocupado demasiado la noche anterior, todo había salido perfecto, aunque comenzaba a aterrorizarme por la clase de Anatomía Topográfica.. lucía muy difícil. Pero apenas había tenido mi primer día como universitaria, me sentía en verdad agradecida con mis padres por haberme brindado tal oportunidad ya que a diferencia de lo que muchos creen, la mayoría de los estudiantes de esa escuela no somos hijos de padres influyentes que solo esperamos heredar el puesto, somos personas comunes y corrientes que al igual que tú, sufren, se desvelan y estudian para poder lograr cumplir su sueño de ser médicos.
Dra. Rossyta Corb en 6to. semestre de medicina. (Soy la cara gruñona con cabello rojizo) |
Si estas a unos días de entrar a la escuela, no importa si es primaria, secundaria, preparatoria (bachillerato), universidad o posgrado; e incluso, no importa si no es medicina; relájate. Duerme un poco más que yo y piensa que será un excelente día, ya que darás tu siguiente paso en esa escalera que se llama "vida profesional".
Solo recuerda, que parte de tu formación fueron y serán los libros, tratalos con respeto y si tienes dudas de qué libro es bueno/malo (en temas de salud, claro) lee mis reseñas bibliográficas o consulta directamente la página oficial de la Editorial Médica Panamericana ya que es una excelente opción y justo en este momento, tienen promoción para el inicio de clases:
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Gracias por leerme.
¡Cuídate mucho colega lector!
Hasta la próxima vez que decida contar alguna vivencia.
(No esperes de pie, seguramente tardaré...)
(No esperes de pie, seguramente tardaré...)
Blog del Internista
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